miércoles, 31 de marzo de 2010

12) ¡CAE CÓRDOBA!

El espectáculo que describieron los corresponsales era sobrecogedor: carreteras, campos y estancias se habían convertido en gigantescos campamentos y miles de fogatas iluminaban ese dantesco ejército de humillados. Niños, mujeres, ancianos, asesinos, hambreados, intelectuales, campesinos e indígenas -armados con fusiles, armas cortas y hasta grotescos palos- habían iniciado su marcha hacia Córdoba cuando la artillería abrió fuego indiscriminado sobre la masa. Roger Philiphs, en Argentina, la marabunta de la historia, sostiene que aquel cañoneo fue el motivo principal de la derrota gubernamental: “Si bien históricamente las fuerzas armadas se habían comportado sin contemplación, llegada la hora de reprimir al pueblo sublevado nunca se habían enfrentado tan frontalmente. Cuando la infantería avanzó sobre el terreno bombardeado y los soldados, en lugar de una resistencia, se encontraron con cuerpos mutilados, niños muertos y una multitud desconsolada, tal visión pesadillesca paralizó su accionar represivo. Aquella larga noche del 18 de octubre y hasta las primeras luces del amanecer, los alrededores de la ciudad se convirtieron en un gigantesco hospital recorrido por civiles y uniformados que atendían a los heridos o sepultaban a los muertos.

Los cordobeses, enterados de la matanza, abandonaron las trincheras y salieron al descampado para auxiliar a las víctimas.

Radio Expreso, la emisora clandestina con mayor audiencia, no cesó de transmitir desesperados mensajes de auxilio.

En Washington, Londres, París y otras capitales del Primer Mundo la noticia de la guerra civil en Argentina estalló en la primera plana de todos los diarios. Los gobiernos del Brasil, Paraguay, Chile y Bolivia declararon el estado de emergencia y cubrieron las fronteras con soldados. Las comunicaciones con Córdoba estaban interrumpidas pero era notorio el quiebre que habían sufrido las fuerzas armadas y se sucedían los rumores de levantamientos de la oficialidad.

La guerra en Córdoba terminó casi antes de comenzar. El 23 de octubre la ciudad había sido ocupada pacíficamente por los invasores. Dice Jacques Moncassin: “La horda caótica que llegó a las puertas de la ciudad se transformó al entrar en ella en un organismo solidario y disciplinado”.

El 25 de octubre se declaró oficialmente que la ciudad de Córdoba había caído arrasada por el ejército del pueblo.

Enrique Symns - “Invitación al abismo”

Fotos: Inforegión, Diario La Tarde y Web.