martes, 6 de noviembre de 2007

(INTERVALO) Entrevista

Publicada en la Revista Güarnin - mayo del 2006

Por Pablo Tassart

LOS REDONDOS, NIETZSCHE, BURROUGHS, COCAINA, POESIA, LUCA, SEXO, ROCK CHABON Y LA INFATIGABLE TEORIA DEL COMPLOT, SON ALGUNOS DE LOS TEMAS QUE ENRIQUE SYMNS DESGRANA A LO LARGO DE ESTA ENTREVISTA. UNO DE LOS POCOS PERSONAJES INDOMABLES DE LA CULTURA ARTÍSTICA MARGINAL DE LAS ULTIMAS DOS DECADAS. ABRE LA BOCA Y NO QUEDA NADIE EN PIE.

Memorias de un viejo indecente

Enrique Symns no se cansa de decir que ya tiene 60 años y que quiere vivir en la leyenda. Con su melena de canas largas, encarna una especie de profesor locovich diabólico que afirma que no se avergüenza de no tener nada: “Esta ropa que tengo puesta no es mía, me la regalaron”. Se confiesa mientras se le escapa su rosada panza por entre los huecos de una camisa a la que le faltan algunos botones.

“Y que querés: me quedé pelado, estoy gordo, las chicas no me quieren besar porque se me cayeron los dientes”, se lamenta por celular ante un hipotético Sebastián Ortega durante su obra Un guión para Tinelli, en el Café Ghandi. La misma se realizó todos los sábados hasta el 1º de abril junto al actor Hector Ledo y fue escrita por Symns cuando estuvo viviendo en el Bolsón.

“Tres días sin dormir, mucha merca, pum-pum, y listo”, cuenta riéndose y acaparando la tensión de todo el bar La Perla, donde se realiza la nota. Por esos pagos del sur también hizo radio en la FM comunitaria ALAS, hasta que se cansó de ver lo poco que cobraban quienes allí trabajan.
Igualmente hoy sigue haciendo radio. En AM 1110 Ciudad, hace La noche del cazador todos los viernes de 22 a 1, según él sólo para poder pagar el alquiler de su reciente retorno a Buenos Aires.

El héroe del whisky, como lo llamó alguna vez el Indio Solari, saborea su ginebra de las cinco de la tarde y muestra su libro próximo a salir. Según Symns, En busca del asesino, es un thriller real sobre un crimen en el que él estuvo involucrado. “Es mejor que el otro pero se va a vender menos”, analiza refiriéndose a la publicación El señor de los venenos, que ya va por la 3º edición y en el que cuenta sus aventuras y recuerdos de la época en la que era el monologuista oficial que abría los shows de los Redonditos de Ricota hasta comienzos los ‘90.

Años en los que flameaba como bandera under su revista Cerdos y Peces. En ésta, además de notas a las nuevas figuras del rock (el Indio llegó a publicar poesía y dibujos bajo un pseudónimo) o del teatro independiente, Symns inventaba fabulosas entrevistas con Miky Rourcke y o firmaba notas simulando ser el escritor William Burroughs.

De allí surgió su teoría del Complot, por la cual afirma, todavía hoy, que la humanidad está controlada por leyes absurdas, considerando la familia y el hogar como uno de los instrumentos de dominación que posee el sistema. En este contexto aparece el espacio de lo salvaje del bar cómo lo opuesto a la domesticación familiar.

- ¿Qué te sugiere que en Castelar haya un bar que se llame Tarzán?
Y mirá, dentro de lo que es la construcción tremenda que es la ciudad, que consiste en la eliminación de toda trasgresión con lo regular de sus calles y sus veredas. Es la encarnación del capitalismo. O sea te educan desde niño para tres cosas: estudiar, trabajar y casarte. Eso es el proyecto de la ciudad. Y ahí se terminó la aventura, dejás de ser un niño y te convertís en uno de esos bastardos que andan por acá.
El bar ante esto es el último lugar en donde todavía existe la aventura posible. De que te pase algo distinto. En los otros lugares nunca te va a pasar más nada, ¡y menos en el hogar! En el bar entonces están las conversaciones transgresoras, están los amigos marginales, los intelectuales, las putas. Hasta los posibles romance. Y por lo tanto lo llamo la selva. De ahí puede estar la posibilidad de ser un Tarzán. Aunque sea por un rato. Porque el bar, si bien es el último reducto, la última porción de selva que le queda a la ciudad, es muy pequeño.
El repaso por el oeste nos lleva a los vagos recuerdos de Enrique y sus visitas al Indio cuando vivía en Ramos Mejía. Pero también a Hurlingham y a su música.

-¿Qué opinas de Divididos y Las Pelotas? ¿Cuánto hay de Sumo allí?
Son los hermanitos menores de Luca, muy menores. Divididos no me gusta, Las Pelotas un poco más, por su experimentación. Pero no es lo mismo, yo lo extraño a Luca. Era un gran creador, el mejor de todos. Un tipo de una enorme cultura. Él se hacía el bruto pero no lo era.
La última vez que me lo encontré a Luca estaba haciendo algo distinto en el Parakultural. Él ya estaba podrido de Sumo, del éxito. Porque él vino y trajo una música alucinante, pero era todo lo que ya sabía, por eso creo que de lo que estaba podrido era de él. Además no tenía competencia porque Los Redondos no existían comparados con él. Ellos nunca podrían haber llegado a tanto si Luca no se moría. No porque no tenga talento el Indio, sino porque Luca era lo máximo. Tenía algo que ellos no tenían, era un Jim Morrison. Yo siempre lo digo: ‘vos veías caminar a Luca por la calle Corrientes, y la calle se movía’. Un loco, un demente… Ya no hay más de esa especie!

- Lo último que había escuchado de vos antes de los del libro era un tema que grabaste con los uruguayos de La Tabaré, “Soy un virus”. ¿Con esto te referís al viejo Complot?
Sí, pero es algo serio. Lo he hablado con virólogos. La palabra es un virus traído por extraterrestres para dominarnos. Ellos se alojaron en el cerebro de los monos hace millones de años y les enseñaron a hablar para poder sobrevivir. Cuando los monos hablaban ellos respiraban. Pero es una teoría que no es mía. Lo podés rastrear en Tótem y tabú de Freud o en El trabajo de Burroughs.
Porque el origen de la palabra es un misterio, es imposible hablar. Pero lo han logrado junto con otras invenciones: palabras, letras, el dinero, el trabajo, Dios. Imaginate, ¡la nada!

- Y la noción del tiempo ¿Cómo juega?
Otra invención. Porque los científicos se olvidan de que el tiempo y el espacio no existen, son leyes creadas por la mente. ¿Qué es lo que nos transforma en esta especie de monos especiales? La invención del calendario. Porque, como diría Artaud, ‘cuando crearon el reloj nos hicieron esclavos de nuevo. Nos sacaron el grillete de los tobillos y lo pusieron en la pulsera’. El reloj te mata, te va envejeciendo, te va destruyendo la vida. Por eso es hermoso ver a un hombre con el ojo de un tigre, acechando al tiempo para matarlo.

-¿La educación es parte del complot? ¿Para qué hay que estudiar?
Al final hay que estudiar porque tenés que aprender a utilizar el lenguaje. Yo veo a los niños chiquitos y es maravilloso. Un niño hasta los tres años vive 7 mil años, porque no existe el tiempo. Luego con el lenguaje, se le empiezan a transmitir conocimientos, entre ellos el tiempo. Lo agarra una maestra (¿sabés que quiere decir maestra? Amaestradora) y lo convierte en un panadero, en un estudiante de sociología, ¡en una mierda! Sin sueños, sin poesía. ¿Cuántos quedan que sobreviven a ese matadero de almas en que consiste la educación? Porque un ser humano lo que tiene que hacer es nunca dejar de ser niño. O sea ser un duende. Porque un duende es eso: es un ser escondido en el rostro de un viejo.

-¿Y ser un duende que implica?
Nunca rendirse. No saber nada. Es como si vos fueras el extraterrestre que mira a los mandriles vivir. Y encima una vida impiadosa, desagradable. ¡Viven en parejas! No conozco una sola pareja que sea feliz. Se casan y dejan de flotar. Empiezan a preocuparse. Dejan de coger, de besarse la concha. Se convierten en cajas de seguridad, cuidan la economía. Porque la base del capitalismo no es la familia, es la pareja. La base de la maldición del mundo es que un hombre y una mujer se enamoren. El amor es una psicosis colectiva. ¡Cuando el hombre se enamora se convierte en un imbécil! En un degenerado. Lo dijo Freud: ‘el encuentro entre el hombre y la mujer es imposible’, porque cuando el hombre se enamora busca a su madre (¡mirá que mierda de sujeto!) y la mujer busca en el hombre a Dios, busca algo más misterioso. Pero no lo encuentra. Ninguno encuentra al otro, entonces se forma ese nido de frustraciones donde comen, duermen, cagan, tienen hijos y reproducen la maldición.

-Vos siempre dijiste que la única manera de escapar del Complot era a través de la locura. Hoy en tu obra, Un guión…, el discurso que primero es políticamente correcto cambia cuando las drogas hacen efecto ¿El punto de contacto es que el gobierno del inconciente es lo que permite sustraerse, aunque sea por momentos, del complot?
Puede ser. Yo por ejemplo la locura la pude experimentar a través de las drogas. La que más me llevó adentro de fue la cocaína. No el ácido lisérgico o la mezcalina que me metieron en experiencias excepcionales o que me asustaron. La cocaína es la que me introdujo en el manicomio de mi cerebro. Me metió en las cadenas asociativas. Me hizo ver lo que es el cerebro, que es como una radio en la que hablan los demás. Porque yo soy un sujeto hablado, en el que hablan mis padres, mis abuelos, no yo. Entonces cuando vos comprendés que sos hablado y te ponés a escuchar la radio que habla, ahí comienza la locura… o el psicoanálisis. Yo elegí el camino de la locura. Entonces cuando vos tomás cocaína y te pasás días sin comer y sin dormir, llegás a lugares del cerebro impensados. Niesztche lo decía así: ‘cuando vos mirás el abismo, el abismo te mira. Y le gustás’. El inconsciente quiere que vos hagas eso. Que sufras, para que él goce.

- En tus notas y libros es constante la mentira. O sea citar autores o firmar con nombres falsos. ¿La mentira es un recurso para salir del complot?
Pero esas no son mentiras. Son trucos lingüísticos. Por ejemplo si yo tengo algo importante para decir se lo adjudico a otro, porque si lo digo yo nadie me da bola. ‘Entro a tu casa y cago en el comedor, ¡la concha de tu madre! ¿De quien es el comedor? ¡Mi metro cuadrado es mío!’, dijo Nietzsche. Entonces todos dicen ‘¡Ah que bien!’ Pero si lo dije yo, nadie me da bola.
Pero la mentira es otra cosa. Por ejemplo vos estás casado. Conocés a una chica, te la cogés. Vas a tu casa y no tenés por qué contarlo, ¿por qué vas a hacer daño? Eso es una mentira. Hay derecho a tener secretos. Pero te dio el teléfono. La llamás. Y le decís a tu mujer que vas a trabajar. Dos mentiras dan un engaño. Y después con el tiempo se hace tu amante. Muchos engaños dan traición. Entonces la gente está acostumbrada a traicionar. Todos viven traicionando.
¿Vos por qué creés que los rockeros no me dan bola? Tipos que son ricos, que hasta hace poco tiempo veía. Porque yo soy testigo de esa traición que hicieron. Porque siempre quisieron eso. Tener una pileta llena de conchas, con cámaras de video, sanguches de solomillo de no se donde y viajar en un avión jet-set.

- Después de lo que pasó de aquella discusión por el caso Bulacio, en la que les reprochaste el no haberse puesto al frente de los reclamos ¿volviste a tener contacto con alguien de Los Redondos?
Al Indio nunca más desde aquello, pero me gustaría verlo. Cuándo llegué a Buenos Aires los vi a Skay y a Poli. Están hechos dos gorditos. Son dos pelotudos. En cambio el Indio sigue siendo el mismo tipo sufrido. Millonario pero malo. Siempre le molestó la gente, nunca podría haber estado como nosotros en este bar. Por eso me gusta, porque es un jodido.

– A pesar de la pelea siempre noto en vos un tono de cariño para con él, por más que lo critiques.
Sí porque yo lo amo. A él y al Semilla (Bucciarelli). Por ejemplo las canciones que me dedicó son geniales. En El héroe del whisky el me trata de frívolo y tenía razón Yo cogía todo el tiempo y me encantaba. Y en el otro (El blues de la artillería) también todo es cierto. ‘Que cabe todo lo mío en una maldita valija’, estoy orgulloso de eso, de no tener nada. Ese tema es todo un halago. Pero después se metió con que yo vendía merca (‘Líder dealer sin freno…’) y era cierto también. Pero, como dije en ese momento, yo vendía cocaína porque era un tipo honesto. No andaba inventando canciones que ‘viajo en trenes’ y resulta que después me compro mansiones de lujo. Pero bueno, fue una pelea muy dura, muy desgarrante. Pero yo los amo. Es más el disco que más me gusta es justamente La mosca y la sopa, después no hicieron nada más bueno.

-¿Qué te parece lo que están haciendo hoy?
Bueno El Indio todavía tiene algo. Del último disco tiene un tema muy bueno. Lo de Skay no me gusta. Del resto del rock de acá casi no conozco. El ‘rock chabón’, me parece patético, sin poesía, sin música. Pero además me parece asqueroso que el rock se haya puesto de moda y se codeen con el jet-set. Porque lo peor que le pasó a la música es Santaolaya. Es un vendedor de almas, un Tinelli. Por eso ganó ese premio de mierda. Yo me acuerdo que los Bersuit, eran buenísimos! Me encantaba el peor disco que hicieron, Don leopardo. Era el mejor! Hasta que después los agarró este tipo y empezaron a hacer discos de mierda y a decirle cosas emocionantes y cálidas a la gente.
Porque son un clan. A todo el arte le está pasando algo siniestro: la pintura tiene el curador. El productor es más importante que el músico. ¿Cómo es esa mierda? O sea que Van Goh no hubiera existido, Beethoven tampoco si no fuera por el intermediario. Yo fui a presentar mi libro y un editor que quiso venir a decir cómo tenía que escribir. ¡Lo mandé a la mierda!




EXTRA QUE NO SE PUBLICÓ

Eso es lo único que se. Y además que hay una infelicidad tremenda rondando el alma de la gente. Y que lo único que está prohibido es el éxtasis. Y lo provocan muy pocas cosas: el sexo, el cariño y las drogas.

- ¿Y por qué está prohibido?
Eso te lo va a contar Freud. Con la prohibición del incesto. Por qué te parece que lo único que está prohibido en todas las sociedades no está escrito en ninguna ley. Sabías que yo puedo coger con mi madre y no está prohibido por ninguna ley. Porque es un tabú. El tabú es el secreto. El malestar de la cultura está sostenido por ese secreto. Y la familia entera está contraída en base a eso: no podés coger con el tío, con el abuelo, con el cuñado, con la suegra. Y lo único que hay que coger es todo eso y está prohibido. Y lo te dejan a tu esposa que es lo más inverosímil. Lo único que no hay que cogerse en este mundo es a tu mujer. ¡Es atroz!


- ¿Porqué es atroz?
Y porque es una porquería tu mujer. ¿Quién es? No la conocés. No es la perversión total. No es aquella nena que le querés chupar la concha, no es ti vieja. No es nada, entendés.
A mi me cogió mi tía, por ejemplo. Si no te cogió tu tía estás cagado. Alguien tiene que meterte en el territorio de lo perverso. Y convertirte en un perverso poligámico. O sea la monogamia es un invento sacerdotal. La fidelidad, todo ese sorete inmundo, para que la gente no haga nada. Para que se estanque la energía. A los frígidos les conviene. Por eso el SIDA cayó tan bien ¡Qué buena noticia para la Iglesia Católica! Fue tremendo para nosotros. En los ’80 con todos los rockeros nos chupaban la pija siete, ocho mujeres y nosotros chupábamos conchas todo el tiempo ¡Era maravilloso! Ahora llegó el SIDA y se terminó todo.

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Foto: La Capital